La halitosis

La halitosis es un problema tan extendido que afecta aproximadamente al 50% de la población. Mantener una conversación con alguien al que le huele el aliento puede llegar a ser muy desagradable. Y la mayoría de las personas que la padecen no son conscientes de ello.
El origen de la halitosis suele estar en un problema relacionado con una mala higiene bucal o con alguna enfermedad que tiene su origen en la boca. Un 10% de los casos pueden estar relacionados con problemas del sistema digestivo o del respiratorio, o incluso con algunas enfermedades renales o hepáticas.
Volviendo a la boca, el origen de la halitosis puede ser, principalmente, por dos tipos de causas:

Causas patológicas

La principal es una deficiente higiene bucal. Recuerda que la recomendación general es cepillar los dientes durante dos minutos y después de cada comida. Es muy importante limpiar la lengua, pues en ella se alojan las bacterias anaeróbicas, responsables, muchas veces, del origen del mal olor.
Otra posible causa puede sr la aparición de caries o de la enfermedad periodontal. Las úlceras en la boca o infecciones, ya sea de tipo vírico o bacteriano, en la faringe son causas menos comunes pero también posibles.

Causas no patológicas

Al dormir, el flujo de saliva que producimos disminuye de manera considerable, lo que favorece el crecimiento de las bacterias responsables del mal olor. Es lo que se conoce comúnmente como aliento matinal. A medida que nos hacemos mayores, los cambios que se producen en las glándulas salivares pueden incidir en su cantidad y derivar también en halitosis. Y ello, a pesar de que se mantenga una buena higiene de la boca.
Otras causas no patológicas pueden ser el consumo de tabaco, la acumulación de comida en las prótesis dentales algunos medicamentos que producen el efecto de la boca seca o incluso el ayuno.
Cuando identificamos el origen de la halitosis en las bacterias que se encuentran en la zona oral, lo habitual es hacer una limpieza dental profesional y controlar las referidas bacterias a través de tratamientos de lactato de zinc, con clorhexidina a baja concentración 0.05% o cloruro de cetilpiridinio.

En todo caso, si tienes halitosis, acude a tu dentista. Seguro que podrá ayudarte a controlar el problema.