Los estados depresivos y la salud bucodental

Los estados depresivos y la salud bucodental

Los estados depresivos y la salud bucodental

El estado de ánimo tiene una influencia directa en nuestra apariencia y actitud física. Si entramos en periodos depresivos es muy posible que descuidemos aspectos básicos como la higiene. Las consecuencias, si el proceso no es demasiado largo, generalmente no tienen mayor trascendencia que lo que pueda ser a nivel social (que también es importante).

Pero si hablamos de la boca, la cosa se complica un poco. La desmotivación general puede llevar a descuidar las medidas imprescindibles de higiene, como son el cepillado después de las comidas y el uso del hilo dental. En casos extremos, esta actitud puede llevar a la pérdida de dientes.

Pero es que, además en el caso de utilizar antidepresivos, debemos también extremar las precauciones. Este tipo de medicamentos suelen tener una serie de efectos secundarios entre los que se encuentran la disminución de las secreciones salivares. Y es algo a tener muy en cuenta ya que una de las funciones de la saliva es arrastrar los restos de comida que quedan en los dientes, evitando de esta forma que sean colonizados por las bacterias. Secundariamente, gracias al calcio y el fosfato que se encuentran en su composición, ayuda a remineralizar los dientes.

Las personas con cuadros depresivos suelen descuidar también su alimentación, lo que puede llevar a una falta de vitaminas y minerales que son necesarios para poder tener una boca completamente sana.

Por último, y por poner la puntilla a este negro panorama entre depresión y salud bucodental, se corre también el peligro de entrar en un círculo vicioso. Si perdemos una pieza dental por la falta de higiene que nos produce un cuadro depresivo, puede disminuir también la autoestima e incrementarse el aislamiento.

En resumen, en caso de depresión o padecimientos similares, es necesario estar atentos a la salud bucodental de la persona que lo sufre y, en cierta forma, obligarle a acudir al dentista ante la aparición de los primeros síntomas de posibles patologías. Ello ayudará a atajar el problema cuanto antes y ayudar a superar su dolencia.

El sarro ¿Qué tengo que saber?

El sarro ¿Qué tengo que saber?

El sarro ¿Qué tengo que saber?

El sarro tiene muy mala fama. Y con razón. Además de tener un nombre feo, se trata de un problema no sólo estético sino de salud bucodental ya que puede convertirse en una vía de entrada para la aparición de caries y otras enfermedades que pueden aparecer en las encías.

El sarro es una especie de lámina de color marrón o amarillento que aparece por encima de la línea de las encías y que está formado por minerales. También puede aparecer por debajo de las encías, lo que produce una irritación de los tejidos gingivales.

Dependiendo de su ubicación, existen dos tipos de sarro diferentes. Por un lado tenemos el sarro supragingival, que es el que se acumula por la parte superior del diente y que es visible. Para poder eliminarlo convenientemente es necesaria una limpieza bucal que te puede realizar tu dentista.

Por otro, el sarro subgingival, que aparece por debajo del diente y que es más difícil de eliminar. Para lograrlo, hay que realizar un curetaje, un raspado y, finalmente, un alisado radicular.

Una de las principales causas de la aparición del sarro es la falta de higiene bucal. Pero no la única. El consumo de bebidas alcohólicas o carbonatadas y algunos medicamentos también pueden favorecer su desarrollo. Por otro lado, también existen alimentos que previenen o ralentizan su aparición: la manzana, los lácteos y las zanahorias, entre otros.

Es importante no confundir el sarro con la placa dental. Esta última siempre existe en la boca, aunque nos lavemos correctamente los dientes. Además, es pegajosa y transparente. Por su parte, el sarro es una placa dura que se adhiere a los dientes y que aparece porque no la hemos podido eliminar con el cepillado.

Por tanto, y a riesgo de resultar repetitivos, no podemos dejar de insistir en la importancia de cepillarse los dientes durante al menos dos minutos, después de cada comida. También es importante usar el hilo dental y alguna pasta dentífrica que prevenga el sarro.

Tenemos 32 dientes, ¿Conoces sus tipos?

Tenemos 32 dientes, ¿Conoces sus tipos?

Tenemos 32 dientes, ¿Conoces sus tipos?

¿Te has parado alguna vez a pensar lo importantes que son los dientes? A menos que seas un loco por las sopas o los purés, se trata de unos elementos imprescindibles para alimentarnos. Gracias a los dientes somos capaces de desgarrar, triturar y cortar la comida. Y qué decir tiene para la estética de nuestra cara.

Aproximadamente a los seis meses empiezan a salirnos los llamados dientes de leche que, a partir de los seis años se van sustituyendo por los definitivos. Y como son los definitivos, es importante cuidaros lo mejor posible, para que nos duren toda la vida.

Lamentablemente no siempre puede ser así. La aparición de caries, el crecimiento inadecuado de las piezas o el desarrollo de enfermedades en la boca, pueden afectar a los dientes de manera permanente. Afortunadamente hoy en día existen muchas formas de sustituir nuestras piezas dentales, pero lo ideal es no tener que llegar a esos extremos.

Y como queremos que tus dientes sean para siempre, vamos a repasar sus tipos y sus funciones, para que los conozcas mejor y aprecies como se lo merecen. Por cierto, tenemos un total de 32.

Incisivos

Sirven sobre todo para cortar los alimentos. Se sitúan en la parte delantera de la boca. Tenemos un total de ocho, cuatro en la parte superior y otros cuatro abajo, más pequeños. Suelen ser los primeros dientes en salir y solo tienen una raíz. La corona tiene forma cónica.

Caninos

Seguramente los conoces por su otro nombre, colmillos. Como no podía ser de otra manera tienen forma puntiaguda y su función básica es desgarrar los alimentos. Se encuentran a los lados de los incisivos, dos en la parte superior de la mandíbula y otros dos en la inferior.

Premolares

Unos verdaderos trituradores. Contamos con ocho. Además, ayudan a los colmillos gracias a su forma puntiaguda.

Molares

Normalmente los conoces como molares. Mastican y trituran los alimentos convirtiéndolos en papilla. Tenemos un total de 12 y son nuestros dientes más grandes.

La halitosis

La halitosis

La halitosis

La halitosis es un problema tan extendido que afecta aproximadamente al 50% de la población. Mantener una conversación con alguien al que le huele el aliento puede llegar a ser muy desagradable. Y la mayoría de las personas que la padecen no son conscientes de ello.
El origen de la halitosis suele estar en un problema relacionado con una mala higiene bucal o con alguna enfermedad que tiene su origen en la boca. Un 10% de los casos pueden estar relacionados con problemas del sistema digestivo o del respiratorio, o incluso con algunas enfermedades renales o hepáticas.
Volviendo a la boca, el origen de la halitosis puede ser, principalmente, por dos tipos de causas:

Causas patológicas

La principal es una deficiente higiene bucal. Recuerda que la recomendación general es cepillar los dientes durante dos minutos y después de cada comida. Es muy importante limpiar la lengua, pues en ella se alojan las bacterias anaeróbicas, responsables, muchas veces, del origen del mal olor.
Otra posible causa puede sr la aparición de caries o de la enfermedad periodontal. Las úlceras en la boca o infecciones, ya sea de tipo vírico o bacteriano, en la faringe son causas menos comunes pero también posibles.

Causas no patológicas

Al dormir, el flujo de saliva que producimos disminuye de manera considerable, lo que favorece el crecimiento de las bacterias responsables del mal olor. Es lo que se conoce comúnmente como aliento matinal. A medida que nos hacemos mayores, los cambios que se producen en las glándulas salivares pueden incidir en su cantidad y derivar también en halitosis. Y ello, a pesar de que se mantenga una buena higiene de la boca.
Otras causas no patológicas pueden ser el consumo de tabaco, la acumulación de comida en las prótesis dentales algunos medicamentos que producen el efecto de la boca seca o incluso el ayuno.
Cuando identificamos el origen de la halitosis en las bacterias que se encuentran en la zona oral, lo habitual es hacer una limpieza dental profesional y controlar las referidas bacterias a través de tratamientos de lactato de zinc, con clorhexidina a baja concentración 0.05% o cloruro de cetilpiridinio.

En todo caso, si tienes halitosis, acude a tu dentista. Seguro que podrá ayudarte a controlar el problema.

Amenazas para tu salud bucodental

Amenazas para tu salud bucodental

Amenazas para tu salud bucodental

La boca no es sólo importante por ser el inicio del proceso de la digestión. Además de la masticación se trata de un elemento crucial en las relaciones humanas. Unos dientes sanos y cuidados nos facilitan la comunicación con los demás. Las bocas con graves defectos o con mal aliento, suponen una barrera psicológica en este aspecto.

Ambas son razones de peso para cuidar nuestra salud bucodental. Vamos a realizar un repaso por algunas de las amenazas que, si no mantenemos unos buenos hábitos y una higiene correcta, pueden mermar nuestra boca.

Una de las principales amenazas es la del tabaco. Según un estudio publicado en la revista “Journal of Dental Research”, los hombres fumadores tienen cuatro veces más posibilidades de perder piezas dentales que quienes no prueban los cigarrillos. En el caso de las mujeres, el riesgo se multiplica por dos.

Otro elemento perjudicial es el vino. En el caso del tinto, está comprobado que altera el color de los dientes. Pero parece que tanto este como el blanco pueden provocar una erosión ácida que ataca la parte exterior de nuestras piezas dentales y puede atravesar el esmalte y llegar hasta la dentina, provocando las temidas caries. Lo cierto es que otros estudios han comprobado que la ingesta controlada de vino, mantiene a raya las bacterias que se encuentran en nuestra boca.

La pigmentación también la producen infusiones calientes como el café y el té. Se trata de bebidas que contienen gran cantidad de taninos. Su efecto dependerá de la frecuencia de ingesta que realicemos.

Las bebidas azucaradas, entre las que se encuentran también las energéticas, son un riesgo que debemos limitar lo máximo posible. Al daño que produce el azúcar hay que sumarle el del ácido cítrico, que actúa eliminando el calcio de la superficie de los dientes.

La caries afecta a la salud en general

La caries afecta a la salud en general

La caries afecta a la salud en general

Los datos de la Encuesta de Salud Oral en España no son muy alentadores. De ellos se desprende que sólo un tercio de los adultos se cepilla de manera correcta los dientes al menos una vez al día. Como consecuencia, el 92% padece alguna caries de las que escasamente se tratan la mitad.

Lo ciertos es que, sin ánimos de alarmar, se trata de una actitud poco responsable hacia nuestra salud, porque las caries lamentablemente no sólo afectan a los dientes sino que van mucho más allá. Por lo general son la vía de entrada a nuestro torrente sanguíneo de diferentes afecciones que pueden convertirse en enfermedades. De hecho diferentes patologías relacionadas con el desarrollo de la diabetes o con padecimientos cardiacos tienen su origen en las caries de la boca. Incluso pueden llegar a provocar partos prematuros en mujeres embarazadas.

Las responsables de las caries son las bacterias que habitan dentro de nuestra boca. Se trata, además, de unos organismos que necesitamos ya que inician el proceso de digestión, sintetizan las vitaminas y son la primera barrera que se enfrenta a la implantación de microorganismos extraños en nuestra cavidad oral. Pero podríamos decir que son como los Gremlins y, que si los alimentas demasiado, se vuelven contra ti.

¿Cómo debemos mantener a raya estas bacterias que no podemos destruir? Las medidas son muy sencillas. Como fabrican ácido que destruyen nuestros dientes a partir de los restos de alimentos que quedan en nuestra boca, lo primero será cepillarse correctamente después de cada comida. Y también evitar los dulces y las bebidas gaseosas. Y por supuesto realizar visitas periódicas de revisión a nuestra clínica dental.

Por ello, y no dejaremos de insistir, es muy importante educar a los niños en la adquisición de unos buenos hábitos de higiene dental que contribuirán, no sólo a que tengan una dentadura sana sino a la prevención de diferentes enfermedades.